Archive for junio 2018
Desde pequeña
Nos hicieron creer que la vida es de color de rosa.
Que los príncipes azules existen.
Que las princesas no pueden dormir si no es entre algodones.
Y descubrimos que la vida una la pinta como se le antoja o como se le presenta
Que los príncipes se convierten en ranas o en iguales dignos de ocupar parte de nuestra existencia.
Sin tantos volantes en sus ropas y con más pasión por complacer que por ser complacidos.
Más pasión en el silencio de mimar(te).
Que no hacen falta los algodones para ser princesa, ni princesa para desvestir y deshacer los algodones.
Que hay madre naturaleza por sábanas que también son hogar de infinita pasión.
Y que deshacer no siempre es para (no) dormir, claro.
Nos contaron un cuento.
Nos hicieron creer que el ser humano no es mundano.
Que las guerras siempre son causa de y para una buena causa; en realidad para medir fuerzas del capital.
Que pelearse es de cobardes y no para sobrevivir.
Y descubrimos que el ser humano es trivial y profano cuando pierde los valores.
Cuando deja en el letargo los principios de su piel, y de su alma.
Que las guerras siempre son fruto de la sinrazón del egoísmo.
Del egoísmo de ese ser humano mundano. Sí, ese.
Que pelearse no es más que la degeneración inconmensurable de la cobardía más absoluta.
Esa perdición entre lo banal y la pérdida del carisma adormecido.
Me lo contaron mal, sí.
Me hicieron creer que mi mundo es suyo.
Que mi vida es suya.
Que mi piel, también.
Hasta que grité que mi mundo es mío, y de quien yo decida que sea de más... o de menos.
Que mi vida es total y absolutamente mía.
Que la comparto con quien me (com) place, con quien me aporta, con quien me reposa... saborea...
Ese sosiego perenne.
Que mi piel está llena de infinitos Universos que dibujan lo que soy... y lo que fui.
La piel en la que sigo escribiendo la coexistencia de mi naturaleza.
Y que no. Que no la toca cualquiera. Y punto.
No lo olvides. Mientras inviertes tiempo en quien no te aporta, dejas de hacerlo en quien sí.
Empezando por ti, por ejemplo.
Recuerda.
Los demás van a respetarte cuando comprendas que el primer respeto es el que te debes a ti misma.
Porque si de alguien vas a ser siempre, pase lo que pase, es de ti.
Y deja ya de escuchar cuentos chinos e inventa el tuyo propio.
#NotasconCandy
Que no te cuenten cuentos chinos
Que sí, que ya lo sabes, no insistas más. Que me pinto los labios de rojo republicano justo antes de verte, aunque esté en pijama o con ojos de irme a dormir. Que me abro mucho la boca mientras me pongo Rímmel en las pestañas y me alboroto el pelo aunque esté a punto de volverse contra mí . Soy coqueta, moriré coqueta.
Que sí. Que me gusta el vino rosado más que el tinto y odio beber la cerveza en el vaso, me encanta beber de tu botellín. Que me comería toneladas de patatas fritas de churrería, aunque tampoco reniego de deliciosa fruta. Que me gusta el chocolate negro y esta vez, odio el blanco.
Que sí, que me gusta que cuando salimos te pongas esa colonia que huele tan tú. Que te peines para después revolverte el pelo con mi mano y ver como te enfadas cuando te despeinas.
Que sí, que me gusta que te guste lo que escribo en Facebook y que me retuitees, que solo tus favoritos sientan así de bien y solo tus mensajes directos pueden alegrarme la mañana.
Que sí, que el verano aún no ha empezado y que dicen que vuelve el frío, pero yo llevo viviendo a 40 grados desde que te conocí.
#NotasconCandy